Llegó a Surtruck cuando la empresa estaba naciendo, en diciembre de 2014. Y su cometido era claro: tenía como reto montar el departamento financiero y de administración. No había nada hecho y le tocó marcar el procedimiento y diseñar la política financiera de los distintos proyectos que surgían y de la propia empresa. A veces era complicado ajustar los números y ofrecer una previsión para que se tomaran decisiones. Pero ese era el trabajo que le habían encomendado y lo hizo cuando sabía el camino, o buscó información cuando se le presentaban complicaciones.
El tiempo fue pasando y ya no eran ocho nóminas, sino muchas más. Este mes han estado cerca de las 70 en una empresa que no para de crecer. Ana Jesús Reyes lo sabe y agradece que de estar sola, ahora ha pasado a dirigir su equipo, con tres personas más. Pero el camino profesional recorrido por esta licenciada en Administración y Dirección de Empresas nacida en Ayamonte no ha sido fácil. Y quizás a veces se alegre de haber hecho aquel MBA en la EOI con el que culminó su formación y encontró trabajo en una consultoría en la rama de negocio. Pero aunque allí aprendió mucho, pasar de trabajar en una multinacional a crear el departamento financiero de una pyme fue algo así como un triple salto mortal.
“¿Qué qué diferencia había? Pues en todo. De llamar a alguien cuando tenías que solucionar algún problema, a tener que resolverlo tu todo y buscarte la vida. Es complicado, pero aprendes mucho”, explica Ana al recordar aquellos momentos. También para alguien con tan alta exigencia de sí misma fue el momento de ver aquello en lo que tenía que mejorar. “Vi mis lagunas en laboral y me fui formando para tener todos los conocimientos que necesitaba”, recuerda.
RESULTADOS AL ALZA
Aunque ella no lo dice, los brillantes resultados económicos evidencian su tenacidad, su capacidad de previsión y su buen hacer. “Este es un trabajo muy gratificante si aciertas, pero si te equivocas también se ve mucho”, comenta al respecto. Pero no ha debido ser su caso porque las cifras de Surtruck en 2021 han sido 5,8 millones de euros de facturación, y 876.000 euros de Ebitda, el indicador financiero que arroja el beneficio bruto de explotación calculado antes de la deducibilidad de los gastos financieros. Y para 2022 la cifra crecerá en torno al 35 %, un aumento destacado que evidencia el esfuerzo de todo el equipo y la buena gestión financiera del proyecto empresarial.
“Que de qué me siento más orgullosa? De nuestra credibilidad ante terceros y de la formalidad que tenemos cuando negociamos. Los acuerdos son sagrados y somos claros porque lo que decimos, es porque se va a cumplir”, explica con orgullo.
Y quizás lo más difícil sea tener que decir, a veces, que no, o iluminar la letra pequeña que a priori no se veía. “Ha habido proyectos que parecían geniales, pero tenían demasiado riesgo y no se debían firmar porque a veces, cuando eres consciente de todo lo que has de asumir, descubres que quizás no merezca la pena”, explica. El Covid ha traído también situaciones complicadas. “Todo cambiaba continuamente y había que estar atento a los múltiples cambios de normativa. Han sido momentos duros porque sabíamos que una mala decisión nos costaría muy cara”.
LEALTAD
Aunque a veces seguro que le entrarán ganas de salir corriendo y disfrutar de su familia y de sus dos preciosas niñas, Ana Reyes está muy orgullosa con el departamento creado, con la cultura de empresa sembrada y con el principal valor, para ella, en todo esto: la lealtad. Lealtad con los clientes, con los trabajadores, con los compañeros, con los inversores… “las cosas pueden ir bien o mal, pero se dicen”, explica… Quizás por eso no le importe trabajar muchas horas o enfrentarse a retos complicados… Porque cuando algo se tuerce, siempre hay solución… y porque se recoge lo que se siembra…