Se sintió atraída y atrapada por el proyecto de Surtruck, una empresa que estaba naciendo y en la que se le abrían muchas oportunidades. Esta ingeniero industrial que había trabajado en Abengoa, había vivido en Estados Unidos tres años y medio, cursó el master MBA de la EOI y era experta en cálculo de estructuras no quiso desaprovechar el reto profesional que le ofrecía Surtruck. Se subió a aquel tren y hoy, casi tres años después, es la directora comercial de la División de Productos.
¿En qué consiste su área?
En buscar utensilios y equipamiento que puedan resultar de utilidad a nuestros clientes. No es una tarea fácil porque tenemos que seleccionar mucho, pero hemos conseguido contar con una gama muy completa.
¿Qué tienen en común estos productos?
Su eficacia y que son lo último del mercado, lo más tecnológico y sofisticado. Y en los sectores para los que trabajamos esto es muy importante, porque optimizar los resultados puede suponer, a veces, salvar vidas.
¿Su visión es diferente a la que tienen otras áreas de la empresa?
Probablemente si, porque además de tratar con los profesionales, yo lo hago con los proveedores y eso me lleva a tener una visión más amplia, de conjunto. Es algo enriquecedor, porque me permite hacer más aportaciones.
Creó su departamento desde cero. ¿Qué balance hace?
Uno muy positivo porque de no tener nada a contar con cinco marcas muy sólidas a nivel internacional que han apostado por nosotros… eso es muy importante. La consolidación del departamento ha sido complicada y ha costado, pero ya está hecho y ahora nos queda seguir creciendo en base a ello.
¿Cuál es la mayor satisfacción en su día a día?
Recibir el feedback de los profesionales. Que me digan que las lanzas que nos han comprado les ha cambiado su forma de trabajar, o que una escalera que les hemos enviado les permite llegar adonde no pensaban. Trabajamos para un sector que se juega la vida en cada salida y serles de utilidad en un reto tan complicado es nuestra mayor recompensa.